La productividad no depende del rendimiento, sino de en qué dedicas tu tiempo y tu atención. La baja productividad está indisolublemente ligada a los problemas de atención.
Cuando estamos constantemente distraídos, no podemos avanzar con eficacia.
Si agregas las redes sociales a la ecuación y deseas mantener tu atención en tu trabajo o los estudios durante mucho tiempo te terminará por parecer una auténtica locura que terminará por abrumarte.
Cuando hemos comenzado a entrar una dinámica que conllevan unas condiciones equivocadas, es importante volver aprender a concentrarse correctamente.
“Si estás tratando de ser más productivo, no necesita analizar cómo gastas tu tiempo: Pregúntate qué es lo que está absorbiendo tu atención”.
Mucha gente usa las nuevas tecnologías para aumentar la concentración, desafortunadamente, la mayoría de las veces te distraen la atención aún más.
Una notificación en el teléfono reemplaza a otra y otra, por lo que tarde o temprano vas a terminar respondiendo a los mensajes o irte a Twitter u Instagram, en vez de enfocarte en trabajar o estudiar.
Las personas verdaderamente productivas alimentan su atención y matan de hambre cualquier otro estímulo externo, existen varias formas efectivas y sencillas de lograr esto.
1. Separa las tareas urgentes de las importantes
Cuando tienes una larga lista de cosas por hacer frente a tus ojos, puede ser difícil saber por dónde empezar y qué posponer.
La regla principal es que las tareas urgentes con limitaciones de tiempo deben realizarse primero. Intenta notar qué estímulos externos te distraen y bloquéalos rápidamente.
Con el tiempo, comprenderás qué está distrayendo tu atención y podrás aumentar poco a poco tu productividad.
2. Calcula las principales distracciones
Prueba el método de la prevención. Procura identificar los posibles focos irritantes para cada tarea en la que necesitas concentrarte e intenta eliminarlos antes de comenzar.
Si se tratan de las notificaciones en el teléfono, ponlo en silencio o apágalo por completo; si corres el riesgo de distraerte con tu programa de televisión favorito, ve a una habitación sin televisor.
En pocas palabras, elimina el desorden de tu espacio de trabajo. Sin distracciones, no existen límites para tu desarrollo.
3. Crea un entorno de trabajo saludable
Si trabajas en una oficina, pide a tus compañeros que te molesten exclusivamente con asuntos importantes.
Guarda todos los excedentes de tu escritorio o cualquier posible distracción en el cajón más lejano e intenta mantener la mesa de trabajo organizada. Eso te ayudará a mantener el foco.
Cuando trabajes desde casa, habla seriamente con la familia.
Explicales que durante el horario laboral solamente puedes distraerte en caso de fuerza mayor y trata de elegir la habitación más aislada y tranquila de toda la casa.
4. Sumérgete en la tarea por completo
Es importante recordar que los estímulos no son solo externos, sino también internos.
Estar pensando en una fecha límite inminente, en una pelea con un amigo o en las tareas del hogar puede distraerte más de lo que te puedes llegar a imaginar.
Intenta sumergirte en el ambiente adecuado mientras trabajas. Por ejemplo, abstráete utilizando auriculares si es necesario.
Realice pequeños experimentos concentrándote en tus tareas por un período de 30 minutos, para luego ir extendiendo los plazos de tiempo a 40, 50, así hasta los 60 minutos.
Eso te resultará mucho más fácil que mantener la atención de forma constante desde el principio.
5. Determina el mejor momento para resolver problemas
Haz un plan para el día basado en tus tareas laborales; puede comenzar con una pregunta simple, ¿Qué quiero poder hacer hoy?
Luego, haz de tu respuesta el primer objetivo del día. Recuerda programar descansos entre el trabajo.
Al final del día, analiza tu productividad y determine que horas fueron más productivo, eso te va ayudar a planificar mejor tus tareas futuras.
La capacidad de mantener la atención mientras se trabaja es una cuestión de hábitos que requiere tiempo y ganas. Si empiezas hoy mismo, pronto podrás concentrarte en cualquier situación y entorno.