Luego de la explosión mortal de ayer en la avenida İstiklal en Estambul, las autoridades turcas comenzaron a restringir el acceso a las plataformas de redes sociales; incluidas Instagram, Facebook, Twitter, YouTube y Telegram.
Las restricciones son posibles gracias a una reciente ley que permite al Gobierno controlar Internet a su placer.
Los ISP turcos estrangularon las redes sociales después de la explosión
Los informes de la explosión de una bomba en la concurrida calle İstiklal de Estambul comenzaron a circular el domingo 13 de noviembre en las plataformas de redes sociales.
Última hora: Ataque con bomba en la calle istiklal de Estambul. Video captura el momento del terror tras la bomba pic.twitter.com/yS79Sa6NmC
— Borzou Daragahi 🖊🗒 (@borzou) November 13, 2022
La explosión, considerada un ataque terrorista, supuestamente ocurrió alrededor de las 4:20 p. m. hora local cerca de la plaza Taksim y dejó al menos 8 muertos y 81 heridos.
Después del trágico incidente que provocó escalofríos a todos los residentes turcos se encontraron con otro acontecimiento inesperado, la prohibición de la transmisión de información sobre el ataque.
Los proveedores de servicios de Internet (ISP) de Turquía comenzaron a restringir el acceso a las plataformas de redes sociales Instagram, Facebook, Twitter, YouTube y Telegram.
Los usuarios turcos, se encontraban con un mensaje de error (couldnt refresh feed) al intentar acceder a sus respectivas aplicaciones.
Fuentes de medios importantes con sede en Turquía confirmaron que no pudieron acceder a las aplicaciones de las redes sociales, lo que restringió el flujo de actualizaciones e información sobre el incidente.
Sin embargo, los usuarios de WhatsApp no notaron interrupciones significativas.
Después de analizar el tráfico en la red, el organismo de control de Internet NetBlocks confirmó que existió una restricción generalizada de las redes sociales en todo el país, aunque el acceso se restauró al día siguiente.
La ley de redes sociales despierta el temor hacía la censura
El mes pasado entró en vigor la ley de desinformación de Turquía propuesta por el partido gobernante AK, el del presidente Erdogan.
La ley, duramente criticada, sanciona a los usuarios de las redes sociales y a los periodistas por difundir “noticias falsas”.
Cualquier persona declarada culpable de difundir información falsa para “crear miedo y perturbar el orden público en Turquía” se enfrenta hasta tres años de prisión.
“Con la nueva ley.. El objetivo es controlar las redes sociales porque los medios convencionales ya están bajo el control de Erdogan”, según la CNBC.
Considerando que, Ozgur Ogret, representante del Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés) declaró que la ley afecta a cualquiera que tenga “la capacidad de hablar, leer y escribir” y puede conducir a la autocensura.