En la tranquila localidad de San Andrés, en El Entrego, Asturias, los habitantes se enfrentan a una preocupante situación: El inminente cierre del cementerio local debido a la jubilación del propietario.
Este hecho ha desatado la indignación y la incertidumbre entre los vecinos, quienes ven en riesgo la posibilidad de dar un último reposo digno a sus seres queridos.
El cementerio, a pesar de ser un servicio público, está bajo la propiedad de un particular desde que en 1993 el obispado vendió los terrenos a una empresa privada.
Ahora, ante la decisión del propietario de cerrar el lugar, surgen conflictos entre la comunidad y las autoridades locales.
La disputa por el valor de los terrenos
El ayuntamiento ha intentado llegar a un acuerdo con el propietario ofreciendo una cantidad económica, sin embargo, las negociaciones no han llegado a buen puerto.
Mientras el municipio ofrece 70.000 euros, el propietario exige una suma considerablemente mayor, alegando haber advertido durante años sobre su intención de cerrar el cementerio.
Esta disputa por el valor de los terrenos ha llevado a un punto muerto, dejando en vilo el destino del cementerio y la tranquilidad de los habitantes de San Andrés.
La indignación de los vecinos
La noticia del cierre inminente ha generado un profundo malestar entre los residentes del pueblo. Muchos de ellos tienen a sus familiares sepultados en este cementerio y ven con preocupación la posibilidad de no poder acceder a un lugar digno de honrar su memoria.
Los vecinos expresan su indignación y demandan una solución urgente por parte de las autoridades municipales. Consideran inaceptable que la situación haya llegado a este punto sin que se hayan tomado medidas preventivas con anterioridad.
El llamado a la Sensibilidad del Propietario
Ante esta situación, la comunidad hace un llamado al propietario del cementerio para que considere la importancia de su decisión en la vida de los habitantes de San Andrés.
Apelan a su sensatez y sensibilidad con el pueblo, solicitando que sea transigente en las negociaciones y priorice el bienestar de la comunidad por encima de intereses económicos.
Los vecinos están unidos en su clamor por preservar el derecho a dar un digno adiós a sus seres queridos, sin que el factor económico sea un obstáculo insalvable.