¿Él podría tener la última palabra? Cuando Laurene Powell Jobs presentó un sitio web dedicado a la historia de su difunto esposo, los historiadores se preguntaron si podría cambiar la forma en que las personas influyentes gestionan su legado.
Jacqueline Kennedy Onassis seleccionó meticulosamente la memoria de su esposo después de que fue asesinado, volviendo a imaginar al presidente John F. Kennedy como al Rey Arturo caído en un Camelot moderno.
Ahora, algunos historiadores se preguntan si Laurene Powell Jobs también está tratando de enmarcar el legado de su difunto esposo. Steve Jobs es una figura complicada y transformadora que se vio ensombrecida por sus defectos como padre y su beligerancia como jefe.
El mes pasado, la Sra. Powell Jobs presentó el Archivo de Steve Jobs. Un sitio que aspira a reinventar el archivo personal de Jobs, tanto en sus años al frente de Apple, cómo rehizo la música con el iPod y su trabajo en la comunicación del iPhone.
En lugar de ofrecer un depósito de correspondencia personal, notas y artículos para la investigación pública como lo han hecho otras figuras influyentes, Powell Jobs, declaró que Steve Jobs El archivo estaría dedicado a sus “ideas”. Esas ideas son principalmente las filosofías de Jobs sobre la vida y el trabajo.
El resultado, por ahora, es más un sitio web de homenaje que un archivo. Más de una docena de archivistas y académicos que hablaron con The New York Times cuestionaron incluso llamarlo archivo; abriendo la preocupación entre los historiadores al temor de que esto pueda inspirar a otras figuras adineradas e influyentes a seleccionar el registro histórico sobre ellos, igual que la gente común cura sus vidas en Instagram.
El Archivo de Steve Jobs se desvía de los depósitos de otros líderes empresariales famosos que en gran medida dejaron su material en archivos corporativos o de bibliotecas.
Alrededor de la mitad de los 25 líderes empresariales más grandes del siglo XX de la Escuela de Negocios de Harvard dejaron archivos personales que están abiertos al público en bibliotecas o museos, incluidos Henry Ford, Thomas Edison y Asa Candler, quien construyó Coca-Cola.
Otros fundadores de negocios icónicos como Walt Disney, Sam Walton y Ray Kroc confiaron sus documentos a las empresas que construyeron, lo que permitió que esas colecciones se convirtieran en la piedra angular de los archivos corporativos.
Gran parte de ese material de archivo corporativo está cerrado al público, pero algunas empresas, como Walt Disney Company; ponen a disposición de autores y estudiosos toda la correspondencia personal, notas, discursos y otros elementos para su investigación.
El nuevo archivo de Jobs debutó con un sitio web minimalista que contiene ocho piezas de video, audio y escritos que expresan lo que el archivo llama las “motivaciones impulsoras en sus propias palabras” de Jobs.
Los siguientes pasos para el archivo, son un misterio. Casi todo lo que se ha revelado públicamente es que la Sra. Powell Jobs contrató a un director de documentales para recopilar cientos de historias orales sobre el Sr. Jobs de ex compañeros. No se ha revelado dónde se almacenará ese material, ni quién tendrá acceso a él.
En una entrevista, Leslie Berlin -la directora del archivo- se negó a decir si la colección estaría abierta a los investigadores o si incluiría algún material polémico sobre Jobs.
El autor Walter Isaacson, quien hizo unas 40 entrevistas con Jobs antes de escribir un libro sobre él, dijo en un correo electrónico que no sabía mucho sobre el archivo y se negó a comentar más.
La Sra. Powell Jobs ha sido la fuerza impulsora detrás del proyecto. Se casó con el Sr. Jobs en 1991, dos años después de conocerlo como estudiante de posgrado en Stanford. Desde su muerte, ella ha utilizado su fortuna estimada en 16 mil millones de dólares para financiar Emerson Collective, una fundación filantrópica y comercial propietaria de la revista The Atlantic y financia una organización que intenta reducir la violencia armada en Chicago.
Durante su vida, Jobs admiró y alentó a los historiadores a preservar la historia de sus predecesores de Silicon Valley, como Robert Noyce, cofundador del fabricante de chips Intel.
Pero le dio poco valor a su propia historia y Apple rara vez ha conmemorado los aniversarios de sus productos, diciendo que se enfoca en el futuro, no en el pasado.
Cuando Jobs regresó a Apple en 1997, una docena de años después de que lo expulsaron, una de las primeras cosas que hizo fue ofrecer a la Universidad de Stanford los archivos corporativos de la compañía -dice Henry Lowood- curador de Historia de la ciencia y la tecnología de las bibliotecas de Stanford.
Stanford tenía un documento firmado del departamento legal de Apple lo que le permitía transportar unas 800 cajas desde el campus de la empresa hasta la universidad.
Stanford pasó años catalogando elementos como fotos de un Sr. Jobs descalzo en el trabajo, campañas publicitarias y una computadora Apple II. Ese material puede ser revisado por estudiantes e investigadores interesados en conocer más sobre la empresa.
Los líderes de Silicon Valley tienen la tradición de dejar su material en Stanford, que tiene colecciones de cartas, diapositivas y notas de William Hewlett, -quien fundó Hewlett-Packard- y Andy Grove -exdirector ejecutivo de Intel-.
Después de la muerte del Sr. Jobs en 2011, el Sr. Isaacson, publicó una biografía del Sr. Jobs. Algunos en Apple se quejaron de que el libro, un éxito de ventas, tergiversaba a Jobs y comercializaba su muerte.
El Sr. Isaacson se negó a comentar sobre esas quejas. Cuatro años más tarde, el libro se convirtió en la base de una película. La película de 2015, escrita por Aaron Sorkin y protagonizada por Michael Fassbender, se centró en la expulsión de Jobs de Apple y la negación de la paternidad de su hija mayor.
La Sra. Powell Jobs presionó para detener la película, según los correos electrónicos que se hicieron públicos después de un ataque a Sony Pictures que la empresa que tenía los derechos de la película.
Ella y otras personas cercanas a Jobs pensaron que cualquier película basada en el libro sería incorrecto “Estaba indignado y él era mi amigo”, dijo Mike Slade -ejecutivo de marketing- que trabajó como asesor de Jobs de 1998 a 2004. “No puedo imaginar lo indignada que estaría Laurene”.
En noviembre de 2015, un mes después del estreno de la película, la Sra. Powell Jobs hizo que los representantes registraran Steve Jobs Archive como una compañía de responsabilidad limitada en Delaware y California. Más tarde contrató al realizador de documentales, Davis Guggenheim, para recopilar historias orales sobre el Sr. Jobs de antiguos colegas y amigos.
También contrató a la Sra. Berlin, que era la historiadora del proyecto de Stanford para sus archivos de Apple, como directora ejecutiva de Jobs Archive.
El Sr. Guggenheim reunió material sobre el Sr. Jobs mientras trabajaba en un documental de Netflix sobre Bill Gates, “Inside Bill’s Brain”.
La Sra. Berlin ayudó a la Sra. Powell Jobs a recopilar material. Recopilaron elementos como audios de entrevistas realizadas por reporteros y registros iniciales de la empresa, incluido un documento de 1976 que Jobs y Steve Wozniak, cofundador de Apple, llamaron su declaración de independencia.
Describió lo que representaría la compañía, dijo Regis McKenna, quien descubrió el documento en su colección personal reunida durante sus décadas como pionero del marketing de Silicon Valley y asesor de Jobs.
La Sra. Powell Jobs también reunió a un grupo de asesores para informar cómo sería el archivo, incluidos Tim Cook, director ejecutivo de Apple; Jony Ive, exdirector de diseño de Apple; y Bob Iger, ex director ejecutivo de Walt Disney y ex miembro de la junta de Apple.
Cook, Ive e Iger se negaron a comentar. Apple, que tiene su propio archivo corporativo y archivista, contribuye al esfuerzo de Jobs, quien se negó a decir cómo trabaja con la empresa para obtener acceso al material dejado por Jobs.
El sitio web resultante del archivo se abre con un correo electrónico que el propio Jobs envió a Apple. Se lee como una entrada de diario, describiendo todas las cosas que depende de que otros le proporcionen, desde la comida que come hasta la música que disfruta.
“Amo y admiro a mi especie, viva y muerta, y dependo totalmente de ellos para mi vida y bienestar”, escribió.
El correo electrónico es seguido por un clip de audio no revelado previamente de una entrevista de 1984 que Jobs hizo con Michael Moritz, el periodista convertido en capitalista de riesgo en Sequoia.
Durante el mismo, Jobs dice que el refinamiento proviene de los errores, lo que captura cómo Apple usó prueba y error para desarrollar dispositivos.
“Estaba tirado en el cajón acumulando polvo”, dijo Moritz sobre la grabación.
Está claro para aquellos que han contribuido con material que el archivo se trata de salvaguardar el legado de Jobs.