¿Por qué los métodos tradicionales de aprendizaje no funcionan?

Comencemos con la forma más popular de aprender mediante el material educativo: El estudio del último día.

Probablemente recurriste a esta simple estrategia de la noche anterior al examen, mediante infinidad de apuntes alrededor de la mesa y varias latas de bebidas energéticas o una taza de café tras otra para poder pasar la noche.

El segundo truco de estudio más popular entre los estudiantes es releer constantemente la teoría con la esperanza de finalmente recordarla.

Por supuesto, hay algo de sentido común en esto: Cuanto más repites el texto, más familiar y comprensible te empieza a parecer. Pero eso es solamente una ilusión.

Esa técnica de estudiar no tiene en cuenta el cambio de escenario que ocurre durante el examen. Responder es mucho más fácil cuando estás sentado en una habitación cómoda con la información correcta justo frente a ti.

En el ambiente de un examen, la situación será completamente diferente.

Estos enfoques familiares del aprendizaje muestran lo equivocados que estamos acerca de cómo funciona nuestra memoria.

Esta es una técnica errónea, excepto que seas uno de los privilegiados que poseen una memoria fotográfica.

¿Cómo podemos estudiar más eficazmente?

Para prepararte para cualquier examen, incluso el más difícil, es importante entender cómo funciona la memoria.

De hecho, la memoria no reproduce pasivamente la fuente de información, sino que la recrea en base a nuestro conocimiento, experiencia y expectativas.

Si quieres lograr asimilar información, no necesitas pasar horas repitiendo contenidos sin sentido.

Es necesario comprender cómo se pueden utilizar el conocimiento, la experiencia y las expectativas para conectar el material de aprendizaje con lo que ya sabemos.

Durante años nos hemos centrado en usar técnicas de estudio inútiles. Pero, ¿Qué técnicas se deben usar entonces?

Los enfoques que vamos a discutir a continuación pueden usarse para prepararse para cualquier tema.

Como resultado, no solo vas a mejorar el proceso de aprendizaje, sino también convertirlo de un deber aburrido en un pasatiempo interesante.

1. Toma descansos entre clases

Unas pocas lecciones cortas siempre son mejores que un maratón de aprendizaje interminable, después del cual apenas recuerdas tu propio nombre.

Piensa en cuántas sesiones por día son óptimas para ti y qué intervalo entre ellas sería el ideal.

La mayoría de las veces, el enfoque más simple para el aprendizaje es el más efectivo. Por ejemplo, cuantas más espacios lectivos separadas, mejor.

Digamos que tienes 12 horas para prepararte. Es mejor dividirlos en seis espacios de 2 horas que en dos veces de 6 horas.

Con la elección del intervalo, todo es mucho más sencillo. Los expertos estadounidenses demostraron que las largas pausas en las actividades de aprendizaje ayudan a mantener la atención.

Sin embargo, dado que los minutos cuentan durante la preparación del examen, es mejor dar preferencia a realizar más bloques de aprendizaje separadas que el alargar los descansos.

2. Cambiar entre temas

Por lo general, tratamos de distinguir claramente entre los temas en preparación: Primero, reserva tiempo para uno y analízalo por completo y solamente luego continúa con otro.

La investigación de científicos estadounidenses demuestra lo contrario: El cambiar entre bloques de información conduce a mejores resultados, especialmente si los elementos son similares entre sí.

Imaginemos que eres psicólogo y necesitas entender la psicoterapia.

Al principio estudiarás sus diversos tipos: psicoanálisis, familia y otros. Pues aquí tendrías una posible opción: Dividirlos en bloques y considerar uno por cada tema diferente o alternarlos.

Si eliges la segunda opción, divide cada tipo en categorías simples: quién es el fundador, qué tipo de terapia es y qué métodos tiene.

Primero estudiarás los orígenes del psicoanálisis, luego te ocuparás del origen de las consultas familiares, luego, continua alternando entre ellas y pasarás a la siguiente categoría y así sucesivamente.

Según una investigación el cambio de temas llama la atención sobre las diferencias entre ellos.

Por lo tanto, el método es especialmente útil cuando está estudiando temas similares, como los tipos de psicoterapia que discutimos anteriormente.

El fraccionamiento también es útil si la información es difícil de categorizar. Por ejemplo, cuando necesitas comprender pinturas, esculturas u otros objetos de arte.

Dividir en bloques, llama la atención sobre los elementos similares entre esos bloques. Este método se utiliza mejor cuando se trata de dar sentido a temas que se distinguen fácilmente entre sí o temas que tienen categorías claras.

Por ejemplo, si necesita estudiar la tabla periódica, será más eficiente considerar primero un elemento químico y luego pasar a otro.

3. Entiende el tema, no solo memorices

Releer constantemente un texto pone en el cerebro la interpretación del autor, no tu comprensión.

Formar tu propia opinión sobre la información recibida es muy simple: Hazte preguntas sobre el material que deseas aprender.

Respondiéndolas, explicarás lo que has aprendido con tus propias palabras, es decir, tu propio conocimiento y experiencia.

Puedes probar el método de refinamiento: Después de cada información que leas, organiza una pequeña encuesta para ti mismo e intenta responderte de la manera más detallada posible.

Primero confía en los textos de las fuentes de estudio y luego trata de explicar el material por tu propia cuenta, sin la ayuda del texto base.

La información que aprendas debe ser lo más significativa posible para ti. Eso ayudará a las preguntas “¿Por qué?” o “¿Cómo?”, así como ejemplos concretos para explicar los conceptos más abstractos.

Intenta usar el método del refinamiento ahora mismo. Basándote en lo que ya sabes, intenta responderte a cómo debes responder preguntas sobre lo que lees para ayudarte a recordar.

Practica y verás resultados.

4. Recuerda y pronuncia el material de memoria

Es irónico que cuando nos preparamos para un examen estemos acostumbrados a releer cien veces la misma información, en lugar de comprobar si podemos reproducirla de memoria.

Las pruebas no solo son una forma efectiva de averiguar qué tan bien aprendes, sino también un mecanismo de autoaprendizaje.

Suena extraño, pero cualquier intento de reproducir información de la cabeza; incluso sin éxito, ayuda a la memoria.

Esto te permite determinar si realmente estás listo para un examen.

Al conocer tus lagunas, podrás estudiar la información de manera más efectiva y tus respuestas serán más claras e inteligibles.

Prueba las siguientes tres actividades: Lee, cuéntate lo leído, verifica.

  1. Lee un pasaje del texto.
  2. Deja el libro a un lado y vuelva a contar lo que has aprendido con tus propias palabras.
  3. Comprueba si tu respuesta es correcta.

Repite estos tres pasos hasta que tu conocimiento sea perfecto.

No puedes solamente recitar el material en voz alta, escribirlo en papel o en un archivo de tu computadora, también funcionan.

De esta manera, crearás notas rápidas con tu comprensión del material que te ayudarán en tu preparación.

5. No selecciones texto, trabaja con él

A muchos alumnos y estudiantes les gusta subrayar el texto con marcadores de colores. De hecho, parece ser una forma muy conveniente de anotar las ideas principales y concentrarse en ello, en vez de leer un montón de detalles innecesarios.

Sin embargo, los estudios muestran que este método no funciona.

Algunos científicos han descubierto que las personas que a menudo marcan las ideas de manera individual dentro de un texto, obtienen el menor beneficio de ello.

Lo sé, es lindo pensar que al resaltar lo principal automáticamente recordamos lo subrayado. Pero, desafortunadamente, este método no reemplazará el trabajo real con texto.

Solo estudiar el material y pensar en él te ayudará a prepararte para el examen.

¿La tecnología ayuda al aprendizaje?

Mientras te preparas, es posible que desees utilizar aplicaciones especiales en tu teléfono para facilitar el aprendizaje.

Te aconsejo que hagas esto con mucho cuidado.

Sí, la tecnología puede ayudar, pero tu gadget también es un portal al mundo de las conversaciones con amigos, las compras y el principal mal que te llama la atención: Los divertidos videos de gatos en YouTube, TikTok o Twitch.

Eso no significa que el teléfono o la computadora portátil deban abandonarse por completo, simplemente desactiva los recordatorios de las aplicaciones que más usas para ayudarte a mantenerte enfocado.

¿Por qué no deberías volver a las viejas formas de aprender?

Cuando una prueba o una sesión importante está muy cerca, es absolutamente natural elegir el método de estudio más simple, el que proporciona unos resultados más rápidos.

Esa es la razón por la cual los enfoques de aprendizaje ineficaces son tan populares: Dan la ilusión de recordar información.

Los métodos que sugerí requerirán mucho más esfuerzo y tiempo. Además, al usarlos, puede parecerte que no estás absorbiendo información en absoluto. Pero eso no significa que todos los esfuerzos sean en vano.

De hecho, estudias de manera más eficiente y las posibilidades de que recuerdes el material durante mucho tiempo son mucho mayores.

En términos de psicología cognitiva, estudiar es muy similar a ir al gimnasio para obtener buenos resultados, es necesario sudar.

Los métodos de los que hablamos anteriormente crean dificultades deseadas: Cambian el esfuerzo a corto plazo por un efecto a largo plazo.

Los científicos descubrieron que los estudiantes no se convierten en mejores estudiantes por dedicar más tiempo.

La verdadera razón es simple: Saben estructurar la información, pensarla y reproducirla con sus propias palabras.

Eso significa que la eficacia del aprendizaje no dependa de cuánto tiempo le dediques sino de cómo se lo dediques.

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