Cuando un chatbot llamado ChatGPT llegó a Internet a finales del año pasado, a los ejecutivos de varias empresas de Silicon Valley les preocupaba que de repente estuvieran lidiando con una nueva tecnología de inteligencia artificial que podría interrumpir sus negocios.
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Pero en Microsoft, fue motivo de celebración. Durante varios años, Satya Nadella, (director ejecutivo de Microsoft) ha estado poniendo las piezas en su lugar para este momento.
En 2019, Microsoft invirtió mil millones de dólares en OpenAI, la pequeña empresa de San Francisco que diseñó ChatGPT y en los años transcurridos desde entonces, ha invertido discretamente otros 2.000 millones de dólares.
Esos 3 mil millones de dólares pagaron las enormes cantidades de potencia informática que OpenAI necesitaba para construir el chatbot, y eso significó que Microsoft podría construir e implementar rápidamente nuevos productos basados en la tecnología.
Microsoft ahora está listo para desafiar a los competidores de Big Tech como Google, Amazon y Apple con una gran ventaja tecnológica que la compañía no ha tenido en más de dos décadas.
Microsoft está en conversaciones para invertir, hasta otros 10 mil millones de dólares en OpenAI, ya que busca impulsar su tecnología aún más.
El potencial acuerdo potencial, principalmente proporcionaría a OpenAI cantidades aún mayores de potencia informática.
El Sr. Nadella trabajó con tecnologías de IA cuando ejecutó el motor de búsqueda Bing de Microsoft hace más de una década y durante varios años ha convocado reuniones internas quincenales conjunto a líderes de IA.
“La expectativa de Satya es que estemos ampliando los límites de la IA y lo agreguemos a todos nuestros productos”, declaró en una entrevista Eric Boyd, el ejecutivo responsable del equipo de la plataforma de IA de Microsoft.
ChatGPT responde preguntas, escribe poesía y riffs sobre casi cualquier tema que se le presente. Basado en tecnologías anteriores llamadas GPT-3 y GPT-3.5 es el ejemplo más conspicuo de tecnología llamada inteligencia artificial generativa, el término para un sistema que puede generar texto, imágenes, sonidos y otros medios en respuesta a indicaciones breves.
Las nuevas tecnologías de IA generativa podrían reinventar todo, desde los motores de búsqueda en línea como Google hasta los asistentes digitales como Alexa o Siri.
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Microsoft ve estas tecnologías como una forma de expandir y mejorar su ya amplia gama de productos para empresas, programadores informáticos y consumidores, al tiempo que aumenta los ingresos en sus servicios de computación en la nube de Azure.
OpenAI está trabajando en un sistema aún más poderoso llamado GPT-4 que podría lanzarse tan pronto como este mismo trimestre.
Construido utilizando la enorme red de Microsoft para centros de datos informáticos, el nuevo chatbot podría ser un sistema muy parecido a ChatGPT que únicamente genere texto. O podría hacer malabarismos con imágenes y texto.
Algunos capitalistas de riesgo y empleados de Microsoft ya han visto el servicio en acción, pero OpenAI aún no ha determinado si el nuevo sistema se lanzará con capacidades que involucren a las imágenes.
Sobre Sam Altman y Open AI
OpenAI está dirigido por Sam Altman, quien se hizo muy conocido en Silicon Valley como el jefe del constructor de empresas emergentes Y Combinator.
El Sr. Altman, de 37 años, y sus cofundadores crearon OpenAI en 2015 como una organización sin fines de lucro. Pero pronto rehizo la empresa como una empresa con fines de lucro que podría buscar financiamiento de manera más agresiva.
Un año después, Microsoft invirtió mil millones de dólares en la empresa y se comprometió a desarrollar las tecnologías de supercomputadoras que demandarían los enormes modelos de OpenAI, al tiempo que se convertía en su ” socio preferido para comercializar sus tecnologías.
Posteriormente, OpenAI licenció oficialmente sus tecnologías a Microsoft, lo que permitió a la empresa agregarlas directamente a los productos y servicios de Microsoft.
Con el respaldo de Microsoft, OpenAI pasó a desarrollar una tecnología histórica llamada GPT-3. Al principio, bajo un uso bastante torpe, era principalmente una herramienta para empresas e ingenieros.
Pero un año después, OpenAI comenzó a trabajar en DALL-E que permitía a cualquier persona generar imágenes realistas simplemente describiendo lo que quería ver.
Microsoft incorporó GPT-3, DALL-E y tecnologías similares en sus propios productos.
GitHub, un popular servicio en línea para programadores propiedad de Microsoft, comenzó a ofrecer una herramienta de programación llamada Copilot. A medida que los programadores creaban aplicaciones para teléfonos inteligentes y otro software; Copilot sugería la siguiente línea de código a medida que escribían, de la misma manera que las herramientas de autocompletar sugieren la siguiente palabra a medida que escribes textos o correos electrónicos.
Para muchos, fue un gran momento asombroso que mostró de lo que son posible las nuevas herramientas de Inteligencia Artificial.
A finales del año pasado, OpenAI presentó ChatGPT. Más de un millón de personas probaron el chatbot durante sus primeros días en línea. Respondió preguntas de trivial, explicó ideas y generó de todo, desde documentos escolares hasta letras de canciones pop.
El año pasado, Microsoft comenzó a incorporar las creaciones de imágenes DALL-E en su motor de búsqueda Bing y está trabajando con OpenAI en una nueva versión del motor de búsqueda que incluiría tecnología similar a ChatGPT.
Google, Meta y otras empresas llevan años construyendo modelos similares a ChatGPT. Los sistemas de IA desarrollan sus habilidades mediante el análisis de enormes cantidades de texto digital, incluidos libros, artículos de Wikipedia, programas informáticos y registros de chat.
En 2019, el Sr. Altman le dijo a The New York Times que la mayor parte de la inversión de mil millones de dólares de Microsoft provino de la potencia informática que necesitaba OpenAI, y que Microsoft eventualmente se convertiría en la única fuente de potencia informática del laboratorio.
Microsoft y OpenAI han construido un nuevo tipo de supercomputadora específicamente para ChatGPT y otras tecnologías de IA generativa. Eso significa que Microsoft puede ofrecer fácilmente esos sistemas a sus propios clientes.
Microsoft y OpenAI esperan poder mejorar estos sistemas entrenándolos con mayores cantidades de datos y la mayoría de los expertos están de acuerdo en que sus habilidades mejorarán.
Microsoft, Google, Meta y otras empresas se han mostrado reacias a lanzar muchas de estas tecnologías debido al daño potencial a sus marcas establecidas. Hace cinco años, Microsoft dio marcha atrás rápidamente después de lanzar un chatbot llamado Tay que generaba lenguaje racista, xenófobo e incluso obsceno.
Mike Volpi, socio de la firma de capital de riesgo Index Ventures, que estuvo entre los primeros inversores en la IA generativa.
Cree que la asociación Microsoft-OpenAI es uno de los muchos contendientes que esperan controlar hacia dónde se dirige la tecnología en un futuro cercano.