El camino de un programador es intrigante, pero también está plagado de dificultades. Sin duda, encontrarás algunas dificultades en el camino mientras recién estás comenzando.
Puede ser un desafío aprender tu primer lenguaje de programación y si no sabe lo que estás haciendo, puede llegar a desanimarte.
Bill Gates, por otro lado, es alguien que tiene algode experiencia en el campo de la programación, creador de Microsoft y uno de los hombres más ricos del mundo, es uno de los nombres más conocido en la industria de la tecnología informática.
Toda la industria hace una pausa y presta atención cuando habla, es por eso que los jóvenes programadores no deben ignorar sus consejos. Aquí tienes algunas palabras de sabiduría de uno de los programadores más relevantes.
1. No lo pienses demasiado
Bill dice:
“Escribir programas y estudiar programas destacados que otros han hecho son las mejor manera de prepararse para ser un programador. En mi situación, busqué en la basura del Centro de Ciencias de la Computación para encontrar listados de sistemas operativos..”
No existe un programador perfecto: Todos cometemos errores, todos tenemos debilidades, todos producimos software defectuoso. No existe un código perfecto.
Por lo tanto, no tengas miedo, el software de tu empresa nunca ser convertirá en una obra de arte.
2. Conoce tus herramientas
Bil dice:
“Si alguna vez tienes la oportunidad de hablar con un programador brillante, te darás cuenta de que entiende sus herramientas como un artista conoce sus pinceles. Es increíble ver cuánto comparten los grandes programadores en términos de cómo aprendieron, recibieron críticas y perfeccionaron un sentido tan fino de la disciplina sobre lo que constituyen.”.
La era de las cosas realmente bien elaboradas ya ha pasado. Sin embargo, encontrarás que un grupo selecto de muy grandes programadores, fueron los encargados de escribir el código interno más crítico en los sistemas más relevantes.
3. Aprende a leer bien el código
Bill dice:
“Creo que entre 1975 y 1980 mis habilidades de programación aumentaron significativamente. ¡Cuidado, puedo hacer cualquier cosa! Es lo que habría gritado en 1975. Había leído tanto código que honestamente creía que podía crearlo, ya que nunca había encontrado alguno que no pudiese leer rápidamente. Sigo creyendo que una de las mejores maneras de medir la habilidad de un programador es darle alrededor de 30 páginas de código y ver qué tan rápido puede leerlo y comprenderlo”.
Debes estar dispuesto a estudiar el código de otras personas antes de escribir el tuyo propio y posteriormente, dejar que otros lo revisen.
4. Aprende a simplificar las cosas
Bill dice:
“Elegir los algoritmos y luego simplificarlos tanto como sea posible es la parte más compleja. Es un desafío reducir las cosas a sus componentes más básicos. Debes imitar mentalmente cómo funcionaría el programa y comprender completamente cómo todos los componentes del programa interactúan entre sí. Acercarte a cómo y por qué suceden las cosas desde una perspectiva, en gran parte científica, cuando haces las cosas.”.
Los mejores programas de computadora son aquellos cuyo funcionamiento puede ser completamente entendido por cualquier persona. Debes preocuparte realmente por mantener el software simple y disfrutar mientras lo haces.
No intentes crear código tan complejo que llegue a ser un dolor de cabeza para tí.
5. Visualíza primero, construye después
Bill dice:
“Algunas personas simplemente entran en escena y comienzan a programar, mientras que otras lo piensan por completo antes de sentarse. Sin embargo, verás que los programadores que se sientan y pican código al principio, simplemente lo utilizan como un bloc de notas. El factor más importante es lo que está sucediendo dentro de tus pensamientos”.
Debes ser una persona realmente inteligente, un programador brillante piensa continuamente en el software, incluso cuando conduce o come. Ese enfoque requiere una enorme cantidad de esfuerzo mental.
No te subestimes, leído puede parecer un punto muy lejano al que poder alcanzar, pero debes darte cuenta de que todo lo que ves a tu alrededor fue imaginado e inventado (desde cero) por otra persona.