Los días del Otro han terminado en esta era de sobrecomunicación global, sobreinformación y sobreconsumo.
Lo que antes era el Otro, ya sea como amigo, como Eros o como el infierno, ahora es indistinguible del yo en el deseo narcisista de nuestra sociedad de asimilar todo y a todos hasta que no queden fronteras.
El resultado de esto es un sentimiento de desorientación y sinsentido que necesita ser compensado, ya sea autolesionándose o, en el extremo, dañando a otros a través de actos de terrorismo.
En su nuevo trabajo, el renombrado teórico cultural Byung-Chul Han se basa en su crítica anterior al neoliberalismo, argumentando que en esta ausencia del Otro, nuestros tiempos no se caracterizan por la represión externa sino por la depresión a través del yo.
Con su característico estilo conciso, rastrea esta violencia de lo idéntico a través de fenómenos como el miedo, la globalización y el terrorismo.
También argumenta que volviendo a una sociedad de oyentes, reconociendo al Otro, podemos buscar superar el aislamiento y el sufrimiento causado por este aplastante proceso de asimilación total.