¿Qué sucede durante el escaneo de una huella digital?

A diferencia de las fotos digitales ordinarias, los escaneos deben capturar exactamente la cantidad correcta de detalles (brillo y contraste) para que las crestas individuales y otros detalles en la huella digital puedan coincidir con precisión con los escaneos tomados anteriormente.

Recuerda que las huellas dactilares pueden usarse como evidencia en juicios penales, donde una condena puede resultar en una larga sentencia de cárcel o incluso la pena de muerte. Es por eso que el “control de calidad” es una parte tan importante del proceso de escaneo de huellas dactilares.

Así es como funciona, paso a paso, el proceso con un escáner óptico simple:

  1. Una fila de LED escanea la luz brillante sobre la superficie de vidrio (o plástico) sobre la que presiona el dedo (a veces llamada platina).
  2. La calidad de la imagen variará según la forma en que se presione, qué tan limpios o grasientos estén los dedos, qué tan limpia esté la superficie de escaneo, el nivel de luz en la habitación, etc.
  3. La luz reflejada rebota desde el dedo, a través del cristal, hacia un sensor de imagen CCD o CMOS.
  4. Cuanto más tarde este proceso de captura de imágenes, más brillante será la imagen formada en el sensor de imagen.
  5. Si la imagen es demasiado brillante, las áreas de la huella digital (incluidos los detalles importantes) pueden desaparecer por completo, como una fotografía digital en interiores donde el flash está demasiado cerca o demasiado brillante. Si está demasiado oscuro, toda la imagen se verá negra y los detalles serán invisibles por la razón opuesta.
  6. Un algoritmo prueba si la imagen es demasiado clara o demasiado oscura; si es así, un pitido audible o un indicador LED alerta al operador y volvemos al paso 1 para volver a intentarlo.
  7. Si la imagen es más o menos aceptable, otro algoritmo prueba el nivel de detalle, normalmente contando el número de crestas y asegurándose de que haya áreas claras y oscuras alternas (como se esperaría encontrar en una imagen de huella dactilar decente). Si la imagen no pasa esta prueba, volvemos al paso 1 y lo intentamos de nuevo.
  8. Siempre que la imagen pase estas dos pruebas, el escáner indica al operador que la imagen está bien (nuevamente, ya sea mediante un pitido o con un indicador LED diferente). La imagen se almacena como un escaneo aceptable en la memoria flash lista para ser transmitida (por cable USB, inalámbrico, Bluetooth o algún método similar) a una computadora donde se puede procesar más. Por lo general, las imágenes capturadas de esta manera son de 512 × 512 píxeles (las dimensiones utilizadas por el FBI) y la imagen estándar es de 2,5 cm (1 pulgada) cuadrada, 500 puntos por pulgada y 256 tonos de gris.
  9. La computadora anfitriona puede almacenar la imagen en una base de datos (temporal o indefinidamente) o compararla automáticamente con una o muchas otras huellas dactilares para encontrar una coincidencia.
Relacionados